Consejos para prevenir y reducir la flacidez
Tanto hombres como mujeres, más tarde o más temprano, vamos a ser “víctimas” de la flacidez.
Ésta puede ser provocada a raíz de distintos factores, uno de los más comunes es el paso del tiempo. Las proteínas que sostienen y la mantienen la piel adherida sobre los músculos, como la colágena o la elastina, con el paso del tiempo van perdiendo eficacia. Si a eso le sumamos otros factores como la obesidad, la falta de ejercicio y una mala alimentación, la flacidez seguro que llegará antes.
Una de las formas de reducir la flacidez muscular es haciendo ejercicio, en particular todos aquellos que impliquen un trabajo localizado: musculación, gimnasia localizada con barras, mancuernas o natación. No es recomendable realizar actividades de alto impacto hasta que el músculo tenga nuevamente su tonicidad, de lo contrario aparecería otra gran enemiga: la celulitis.
Después de realizar actividad física hay que ducharse inmediatamente, y en lo posible con agua fría, ésta tensa la musculatura.
Llevar una dieta saludable en la que estén incluidos alimentos con altos valores de vitamina A, y ricos en fibras también es ideal.
Estar hidratado es fundamental, y de ser posible una sesión de masajes reafirmantes también es muy efectivo para devolverle a la piel su tonicidad.
Hay que tener cuidado durante el verano con la exposición solar, porque si se da en exceso y la piel es muy clara, los rayos solares van deteriorando a la colágena y la elastina, propiciando la aparición de flacidez, arrugas y manchas en la piel.
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